FUENTE: Magaña Silva, Carlos
etal. Introducción a las Ciencias Sociales 1. Segunda parte. México,
Porrúa, 1983, pp. 11- 19.Concepto de Totalidad
Un
análisis minucioso del concepto de Totalidad nos induce a reflexionar, a partir
de ejemplos, lo que significa dicho término en su acepción genérica, para
examinarlo posteriormente en el contexto propio de la economía y de la
sociedad. “Las categorías de parte y todo son correlativas. Por muy ínfima que
sea la partícula de materia que tomemos (un átomo, por ejemplo), es un todo y
simultáneamente una parte de otro todo (una molécula), a su vez, este otro todo
forma parte de algún todo mayor (por ejemplo del organismo animal). Este último
es una parte de un todo mayor todavía (del planeta tierra
vervigracia), y así sucesivamente.
Cualquier
todo, por grande que podamos imaginárnoslo, representa, en resumidas cuentas,
sólo una parte de un todo infinitamente grande, una parte del Universo
infinito.
En el
sustantivo hombre la
totalidad puede referirse a su naturaleza física: anatómica y fisiológica. No
obstante, el individuo cuenta además, con caracteres psíquicos incorpóreos como
sus ideas, su lenguaje, sus estados de ánimo, sus creencias, su nivel
intelectual y, en general, todo lo que se traduce en su perfil psicológico. En
tal sentido, la totalidad del hombre
será la suma de su ser físico y su ser consciente, de su naturaleza corpórea y de sus propiedades espirituales o anímicas. La totalidad
será, en este caso, la
integración de lo somático y de lo psíquico; la fusión de cuerpo y alma como se
entiende comúnmente.
La interpretación de totalidad
equivale al
enfoque de lo universal y lo singular. Cuando decimos que
una tercera guerra mundial amenaza la existencia del hombre, nos referimos al
hombre universal; al total de la humanidad; no al hombre ruso ni al
hombre americano; ni a Juan ni a Pedro. El concepto general de hombre,
desaparece en cada persona, pues ésta tiene sus propias peculiaridades.
Sin embargo, lo universal, o sea la totalidad,
puede referirse a escalas intermedias como en la serie de conceptos: hombre,
familia, ciudad, Estado y continente. Para determinado fin, la ciudad -rango
intermedio entre hombre y continente- puede verse como totalidad ya que incluye los conceptos familia e individuo. En otros casos, ciudad
tendrá un sentido singular o parcial, puesto que forma parte de los conceptos
Estado y continente. Es decir, la totalidad ve al conjunto, es una observación
global de una categoría determinada; la singularidad hace referencia a las
partes.
En el ámbito económico, las fuerzas que
desencadena el ser humano generan las relaciones sociales de producción y al
actuar sobre la naturaleza, establecen una influencia recíproca con el medio.
Consecuentemente, las fuerzas productivas, la naturaleza y la sociedad
significan, en visión conjunta, la totalidad del sistema
económico.
El hombre económico (homo economicus) es el que
produce; y esto no sólo lo hace para comer y vestirse, lo hace
para procurarse salud, descanso, placer e inclusive, para ser poderoso. Produce
para alcanzar ideales. Produce para hacer arte, ciencia, religión y en último
análisis, para perpetuarse como especie. En tal sentido, el hombre, además de
constituir un ser biológico, significa un ser cultural que se encuentra inmerso
en un escenario social del cual sólo por la muerte o por abstracción se puede
aislar. El comentario anterior nos sirve para interpretar el concepto totalidad dentro del contexto general de la sociedad la cual se integra sobre una
base material para cumplir los fines de subsistencia, de ser social vivo, de
permanencia biológica; existencia material que sumada a las manifestaciones superiores
de la cultura (Ciencia, arte, moral, política, religión, etc.), nos conduce a
la visión panorámica, macro social, con la cual
es factible identificar todo el
organismo social. En resumen,
podemos concluir que la totalidad social está
formada por una estructura
fundamentalmente
material, sobre la que descansa una superestructura fundamentalmente
ideológica. Por lo mismo, la totalidad viene a ser
el complejo social en que acaecen todos los fenómenos humanos, lo cual nos
permite desentrañar las múltiples causas que determinan su conducta.
La
Estructura Económica y la Superestructura
La estructura económica constituye la base del
sistema productivo dentro del cual operan las fuerzas de producción,
los medios
o instrumentos de producción, el trabajo y la técnica.
El alimento, el vestido y la
habitación constituyen necesidades fundamentales en la vida del ser humano.
Se satisfacen con bienes materiales que se obtienen en la actividad productiva
del hombre. Pero además, la evolución social y la cultura imponen a la sociedad
un cúmulo de necesidades adicionales, ya sea de carácter material o espiritual,
para cuya satisfacción también se requiere la producción de bienes y servicios. El aparato productivo que sirve para obtener dichos satisfactores, ha sido creado por la
sociedad a través del tiempo. El ser humano ha transformado el medio que le
rodea para servirse mejor de él en sus actividades productivas; ha creado
medios de comunicación que le permiten movilizar ágilmente materias primas,
productos de consumo y personas; inclusive, ha perforado montañas para hacer
túneles y acortar distancias; ha construido herramientas, máquinas y fábricas
con las cuales produce más y mejor en menor tiempo. En su afán incesante de
producir más y mejor, fertiliza los suelos, mejora las razas de los animales
que le aportan alimento y vestido; descubre métodos de inseminación artificial.
Desde el laboratorio, desarrolla fórmulas químicas, creando productos antes
ignorados por la naturaleza; desintegra el átomo, desatando fuerzas poderosas
cuyo empleo, desgraciadamente, no sólo tiene fines productivos (Las armas
nucleares).
Para realizar las actividades descritas, los
individuos se someten a un largo proceso de adaptación al aparato productivo
que se inicia en el núcleo familiar, se sistematiza en la escuela y se
perfecciona en los propios centros de trabajo. Es decir, el hombre se sustenta,
se educa y se capacita para la producción. Todo lo anterior, nos conduce a reconocer
la estructura
económica como el conjunto de factores
que se conjugan para obtener los bienes y servicios que permitan a la sociedad, satisfacer sus múltiples
necesidades.
Pero el ser humano como ya se anotó, no solamente
vive para comer, vestir y dormir; por lo tanto, no solamente se dedica a
producir bienes y servicios de consumo vital. Se dedica también a organizarse
políticamente, a realizar obras de arte, a los rituales religiosos y a observar normas de conducta establecidas por la moral y el Derecho,
actividades comprendidas en los niveles superiores de la cultura. Este
comportamiento del hombre y de la sociedad, configuran lo que el Materialismo
Histórico denomina superestructura.
En realidad, estructura y superestructura forman
un todo compacto; son de influencia recíproca y no es posible establecer una
línea divisoria tajante entre ambos conceptos. Un sistema económico es una
totalidad social prácticamente indivisible, pero en la que teóricamente se
pueden establecer dos niveles: el de la estructura y el de la
superestructura.
La estructura económica, que también se
puede considerar como base de la estructura social, comprende el marco
geográfico dentro del cual se generan y actúan las
fuerzas productivas que a su vez, están representadas por el trabajo del hombre
y por los medios de producción (instrumentos y máquinas). El trabajo del hombre constituye el motor de la actividad
económica, lo que equivale a decir que la estructura económica, gracias al
trabajo, adquiere un, carácter dinámico.
La superestructura económica, que también puede
considerarse dentro de la superestructura social, recibe la influencia de, la
estructura. A un cambio de estructura corresponde, necesariamente, un cambio de
la superestructura. La estructura recibe a su vez, la influencia de la
superestructura a través de las formas de pensamiento y de acción (conciencia de clase) que impulsan al cambio social.
Si la economía determinara automáticamente toda
la superestructura y el cambio Social, la lucha, de clases postulada por la teoría
marxista saldría sobrando, puesto que la actividad económica operaría sus
propios mecanismos para generar "espontáneamente" el cambio de
estructura. Por lo contrario, la organización consciente de los trabajadores
inducida por una "ideología revolucionaria" (superestructura), se
convierte en un momento dado, en detonante del cambio hacia un nuevo sistema
productivo.
Los conceptos estructura
y superestructura,
se prestan
a diversas interpretaciones y debates. Tratando de ser congruentes
con la teoría marxista, para sintetizar; diremos que estructura y superestructura son para la sociedad lo que el
corazón y el cerebro para el individuo. El primero, simboliza la vida; el
segundo, representa el pensamiento, las ideas, las creencias, Ambos son
inseparables.
La
Producción como base de la Estructura.
La estructura económica es el propio sistema
productivo, o sea las características del aparato productivo, de su forma de producir
y de la manera como se distribuyen o apropian los medios de producción y los
productos.
En el remoto pasado, los grupos humanos vivían
sin preocuparse en producir para el futuro, pues la naturaleza les brindaba
espontáneamente medios de vida. Cuando estos productos naturales escasearon, el
hombre aplicó su inteligencia y sus fuerzas físicas para crearlos o
cultivarlos. Así surgió el pastoreo en determinados grupos nómadas. Después, el
hombre se arraigó a su ambiente geográfico cultivando la tierra, construyendo
su morada y liberándose
de la angustia de un mañana incierto, puesto que ya tenía asegurado el
sustento. El gran salto del hombre para separarse del reino animal, lo realizó
en esta prolongada etapa' histórica, de vida comunitaria y de economía
incipiente, que le permitieron desarrollar su inteligencia, sentar las bases
materiales para subsistir y las raíces culturales para evolucionar.
Pues bien, una producción primitiva da lugar a una estructura de producción primitiva. A medida que
evolucionan los grupos humanos a través de grandes etapas históricas, milenios
quizá, dicha estructura cambia en lo fundamental. El comunismo primitivo, la esclavitud, el feudalismo, el capitalismo
y el socialismo contemporáneo, se apartan en el devenir histórico por el cambio
de su estructura productiva y esencialmente, por la manera en que los hombres
se apropian los medios de producción, incluyendo la tierra y la forma en que se
reparten lo producido.
En sus orígenes la producción se realizaba para
consumir, no para vender. Con técnicas incipientes para producir, o ante una
ausencia total de técnica, es imposible imaginar un sistema económico
propiamente dicho. La estructura económica se desarrolla a medida que el hombre
produce para intercambiar lo producido, aprovechando racionalmente los
recursos.
Para comprender que la producción es básica en la
estructura económica es necesario darse cuenta que por medio de las fuerzas
productivas, la sociedad humana actúa sobre la naturaleza para adaptarla a sus
necesidades. Simultáneamente, el hombre se modifica a sí mismo, adquiriendo
destreza y habilidades para ejecutar actividades diversas. La producción se
basa en el trabajo; sirviéndose de determinados objetos materiales que se
conocen como medios de producción. Los medios de producción se agrupan en objetos
de trabajo e instrumentos
de trabajo. Los
primeros son las riquezas naturales, como la tierra, la flora y la fauna, los
minerales, etc. Los instrumentos de trabajo son los objetos especialmente
adaptados para la ejecución de una actividad específica, como los martillos,
las hachas, las máquinas. Fuera de esta agrupación, existen otros factores
productivos importantes como son los edificios, las carreteras, los puertos, la
red de abastecimiento de agua y de
electricidad y toda clase de servicios públicos que coadyuvan en el desarrollo
de la producción. A estos últimos se les ubica generalmente dentro de la infraestructura.
Los recursos naturales, al servir como objetos de
trabajo, lo hacen tanto en su forma original como en su carácter de materias
primas y bienes en proceso de transformación.